A menudo, la labor incansable de una madre se desliza por los resquicios del día a día sin el reconocimiento estruendoso que merece. ¿Quién no recuerda esas noches interminables con hijos pequeños, un agotamiento tan profundo que amenazaba con vencerte en la oficina? La realidad multifacética de preparar comidas, lavar montañas de ropa, cumplir con responsabilidades laborales externas y, para muchas, servir en el ministerio, se conjuga en un torbellino que a veces dificulta hasta esbozar una sonrisa genuina al final del día.
Sin embargo, en medio de este aparente caos, reside una verdad innegable: ser madre es intrínsecamente hermoso. No existe tarea de mayor trascendencia que la crianza de la próxima generación. Y es a nosotras, las madres, a quienes se nos concede el privilegio de ser la influencia primordial en sus vidas, moldeando sus valores y su visión del mundo.

Desde su experiencia como presentadora de TV y radio, conferencista y escritora, y con la profunda comprensión que le otorga su rol como pastora de Alpha & Omega Church en Miami, Mariam Delgado alza su voz para honrar a esas madres multifacéticas. Aquellas capaces de cambiar pañales con una mano mientras atienden una llamada de trabajo con la otra; las que ayudan con las tareas escolares al mismo tiempo que supervisan la cocción de la cena.
Con calidez y sabiduría, la fundadora del inspirador movimiento “Yo Soy Más” y host del podcast #MujerUnicaPodcast comparte una palabra de aliento y tres consejos fundamentales para navegar las aguas, a menudo turbulentas, de la maternidad:
1. Desterrar la Culpa: “No te culpes”, afirma con convicción. “Hiciste lo mejor que pudiste con el conocimiento y los recursos que tenías en ese momento. No permitas que la culpa o la condenación, artimañas del enemigo, se aniden en tu corazón.” El pasado es un libro cerrado; la energía debe enfocarse en el presente y el futuro.
2. Liberarse de la Preocupación: “No vivas preocupada. Entrega todas tus inquietudes y ansiedades en las manos amorosas de Dios, porque Él cuida de ti.” Mariam nos recuerda la poderosa promesa de 1 Pedro 5:7. Además, nos invita a emular a la mujer de Proverbios 31, cuyo espíritu fuerte y digno le permite enfrentar el futuro con serenidad: “El Señor te reviste de fuerza y dignidad y afronta segura el porvenir” (Proverbios 31:25).
3. Establecer Prioridades Divinas: “Tener un altar familiar. Enseñar a tus hijos la palabra de Dios.” Mariam enfatiza la importancia de cultivar una conexión espiritual en el hogar. “Si dejas de hacer esto por mucho tiempo, tus hijos no van a tener esas semillas en su corazón.” En medio de la vorágine de responsabilidades, la prioridad ineludible es guiar a los hijos en el conocimiento de la Palabra de Dios, enseñarles el poder de la oración y sensibilizar sus corazones a la guía del Espíritu Santo.
En definitiva, el mensaje de Mariam Delgado resuena como un bálsamo para el alma de cada madre. Reconoce la invisibilidad de su esfuerzo, celebra su capacidad multitarea y ofrece herramientas espirituales y prácticas para transitar la maternidad con gracia, fortaleza y la certeza de estar cumpliendo el trabajo más trascendental de todos.