La historia de Sebastián Fernández, el excorredor de F1 que lo apuesta todo por la música, es de reinvención permanente y lealtad por sus pasiones. Nació en Caracas (Venezuela), y desde pequeño mostró un gran interés por la música, especialmente por el género urbano. Sus pasiones de la infancia incluían la música, las motos y los carritos. A los seis años, comenzó a practicar motocross mientras seguía tocando la batería; de hecho, desde los cinco hasta los siete años, alternó entre ambos.
Sin embargo, un accidente en el motocross hizo que cambiaran muchas cosas. Sebastián se cayó y se rompió la mano, lo que lo obligó a alejarse de las motos durante un tiempo. Durante su recuperación, comenzó a ver muchas carreras de Fórmula 1 con su padre, y esa experiencia despertó en él una nueva pasión. Desde entonces, se enamoró del automovilismo, dedicando más de la mitad de su vida a este deporte. Dicha etapa le permitió viajar, conocer el mundo y desarrollar su personalidad.
A pesar de su dedicación al automovilismo, su amor por la música nunca se desvaneció. Su tía, una gran fanática del rap, tuvo una influencia significativa en su vida. Desde pequeño, ella lo llevaba a conciertos y eventos de freestyle, lo que le permitió incorporar esa cultura a su vida de piloto. De hecho, sus compañeros de carrera solían bromear sobre su deseo de ser más rapero que piloto.
Sin embargo, al acercarse a los 20 años y con la meta de ingresar a la Fórmula 2, Sebastián se dio cuenta de que su interés por las carreras había disminuido. Además, los altos costos de participar en esa categoría lo llevaron a tomar una decisión: dejó el automovilismo y regresó a Venezuela.
Fue entonces cuando decidió visitar un estudio de grabación donde también se encontraba Micro TDH, un artista que admiraba. Como aficionado a la música, comenzó a rapear. Ese día en el estudio conoció a su actual productor, quien le enseñó a rapear sin cobrarle. Hoy, Sebastián ha desarrollado sus habilidades como rapero, aunque también está comenzando a experimentar con el canto.
“La música es indiscutiblemente de lo más hermoso que tenemos los humanos. Es mágica. Directamente afecta a la vibración del aire. Entonces afecta a todo, a materia en sí”, afirma Fernández.
Así, Sebastián Fernández ha construido su camino en el mundo de la música, llevando consigo la influencia de sus pasiones y experiencias pasadas. “Por amor, hacerlo para uno y para la gente. Para que escuchen algo hecho con amor. Música que les dé ganas de llorar, reír, bailar, saltar, correr”, finaliza.